Lo que sigue es un tratado para que se ofrezca a nuestros amigos y familia que son católicos-romanos. Se puede sacar en papel y doblar como un folleto. El pastor McCurley que escribió este tratado utiliza los cinco lemas de la reforma para mostrar la diferencia entre ambos religiones y ofrece el evangelio puro que trae salvación. Que sea de bendición para ustedes, especialmente para los católicos-romanos en cuyas manos lleguen.
Católicos-Romanos
Y
Protestantes
¿Cuál es el
gran problema?
¿Eres un católico-romano? Tal vez asistes a la misa cada semana o fuiste bautizado como un católico y ahora solamente asistes en ocasiones especiales. Quizás tienes amigos que son protestantes o evangélicos. Como otros, tal vez haz preguntado, «¿Cuál es la gran diferencia?» En un mundo lleno de dolor y de corrupción que crece cada día, ¿que no deberíamos ver estos dos grupos en el mismo equipo batallando contra los problemas en el mundo? Después de todo, ¿qué no es la división entre estos dos grupos solamente un asunto del pasado? ¿Qué no al paso del tiempo debería capacitarnos el movernos adelante de estas diferencias para obrar juntos en la causa común? Algunos en nuestro tiempo han contestado con un «¡Si!» robusto a estas preguntas.
La pregunta que yo avanzo es, «¿Cuál es el gran problema?» ¿Son esos asuntos que separaron los hombres del siglo 16 todavía pertinente hoy en día? ¿Qué exactamente son esos asuntos?
La palabra «católico» significa universal---una referencia a la iglesia universal de Cristo. La diferencia entre los católicos-romanos y los descendientes de la reforma protestante es sobre lo que la iglesia universal y verdadera de Cristo cree. Por favor considere lo siguiente:
1. La Iglesia verdadera cree en la doctrina de las Escrituras solamente.
Dios dio la Biblia como el medio principal por la cual Él habla al mundo (2 Timoteo 3:16-17). Él dijo que no deberíamos creer cualquier cosa que contradice ese mensaje, aún si un ángel nos enseñara (Gálatas 1:6-10). Lo que nos enseñan tiene que estar claramente basado sobre la autoridad de las Escrituras solamente y no en las tradiciones del hombre o de la iglesia (2 Corintios 11:1-4).
2. La Iglesia verdadera cree en la doctrina de Cristo solamente.
Jesucristo es la única Cabeza de Su iglesia (Colosenses 1:18). Él solamente tiene la autoridad para dirigir y gobernar Su iglesia (Colosenses 2:18-19). María y los santos no son permitidos de compartir Su posición como Señor y Mediador (1 Timoteo 2:5). El único vicario de Cristo en el mundo es el Espíritu Santo, no es el Papa, y la obra del Espíritu es de magnificar al Hijo de Dios (Juan 16:5-15).
3. La Iglesia verdadera cree en la doctrina de la Gracia solamente.
El hombre por naturaleza es un pecador (Romanos 3:23). Por tanto, es incapaz de hacer cualquier cosa buena espiritual y esta justamente debajo de la ira de Dios (Romanos 3:10-20). La única manera de escapar este castigo merecido es por el don gratuito de la gracia de Dios en Jesucristo (Romanos 6:23). El sacrificio final de Cristo por el pecado nunca es repetido en la misa o en ningún otro lugar (Hebreos 10:11-18).
4. La Iglesia verdadera cree en la doctrina de la Fe solamente.
Nuestros corazones pecaminosos contaminan cada intento de hacer buenas obras (Isaías 64:6). La salvación del pecado no se puede obtener o merecer por medio de la penitencia, los sacramentos, el purgatorio, o cualquier otra obra (Efesios 2:8-9). El remedio de Dios para el pecado es recibido por creyendo en Cristo---no por la fe más las buenas obras (Juan 3:16). Ni otro sacerdote que Cristo puede dar el perdón de los pecados (Hechos 10:43, Juan 14:6).
5. La Iglesia verdadera creen en la doctrina de la gloria de Dios solamente.
Como el camino de la salvación es totalmente un don de Dios, toda la gloria va a Él solamente (Apocalipsis 5:11-14). No hay lugar para el orgullo o crédito del hombre (Juan 1:12-13). La religión verdadera humilla al hombre y magnifica a Dios (1 Corintios 1:26-31).
La iglesia católica-romana niega estas doctrinas importantes. Lo comprometido en nuestra conexión eclesiástica presente es nuestro futuro, el eterno destino.
La pregunta, «¿Cómo somos salvos de nuestros pecados?» es la pregunta más importante en el mundo. La Iglesia verdadera de Cristo siempre ha contestado esa pregunta con el evangelio. Dios hizo para los pecadores lo que los pecadores nunca podían hacer por ellos mismos en proveyendo una salvación perfecta por medio de Su Hijo, Jesucristo. Cristo tomo los pecados de Su pueblo sobre sí mismo---satisfaciendo la ira del Padre hacia los pecados y pagando por el delito del pecado en Su muerte en la cruz. En cambio, Él provee Su justicia perfecta de ser acreditado a la cuenta de ellos ante Dios. Así, Dios queda siendo Justo y el Justificador de ellos que creen (Romanos 3:26). Esta salvación del pecado solamente puede ser recibida en poniendo nuestro confianza en Jesucristo y descansando en Su obra redentora.
La razón en la cual los protestantes evangélicos dejaron inicialmente la iglesia católica-romana y han continuado de ser separados es por que estas verdades vitales son negadas por Roma. Dejando una iglesia que hemos amado es difícil y viene con un gran precio, ¿pero hay algo más caro que el precio de nuestras almas eternas? Preocupación por nuestras almas y esas de nuestras familias y amigos debería motivarnos de mirar fuera de cada cosa excepto de Jesucristo. Amor por Cristo quiere significar amor por todo lo que es de Él---Su Palabra, Su Evangelio, y Su Iglesia. Eso incluye afirmando las diferencias entre la cristiandad verdadera y todos los otros sustitutos algo de gran problema por seguro.
Rev. Robert D. McCurley
Iglesia Presbiteriana de Greenville
de La Iglesia de Escocia Libre (Continuando)
ARP Center
1 Cleveland Street
Greenville, Carolina del Sur 29601
Traducido por Edgar A. Ibarra Jr.